el derrame se inicia en un punto
y coma
clínico
y los doctores dicen
que el desenlace será la muerte
yo recibo la noticia
y te pienso
ana
como una luz que lentamente
y pienso en tu hijo
mi amigo
y quisiera poder decirle algo
pero me quedo en una pausa
de punto y coma
y lágrimas
y amigo
cómo atravesar ese momento suspendido
de muerte colgante
de coma
de incierto pero ineludible punto
final demorado
amigo
quisiera poder decirte algo
y soy sólo lágrimas que corren
ana se apaga
ana que iluminó nuestra infancia
en su casa con hamaca
en su casa donde tantas risas
tantos juegos
en su casa donde tu habitación
amigo
tu barco playmovil
tu disfraz de batman
el que no se escondió se embroma
el cuarto oscuro y la linterna
que alumbraba desde abajo
nuestros rostros con sus miedos infantiles
dibujando extrañas sombras
quisiera poder decirte algo
amigo
y sé que no se puede decir mucho
en momentos como este
rafa
sólo quiero que sepas
que te quiero mucho
hermano
miércoles, noviembre 15, 2006
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8 comentarios:
Luci (¿te puedo decir Luci?):
No sé si servirá de algo, pero te regalo tres puntos suspensivos, llenos de esperanzas.
O permitime dejarte un signo de admiración donde guardar los mejores recuerdos.
Te mando un beso
Lu, te leo y me doy cuenta (o pienso) que se trata de decir "presente".
Presente.
Un abrazo.
Gasper, ya que preguntás, no me gusta mucho que me digan "Luci". Acepto todas las demás variedades: lu, luli, lulú, lula, luchi, lucha, luciérnaga o luliéndula (como me dice, justamente, Rafa, quien por su parte, odiaba que le dijéramos "Rafaelito"), luleia, ludmila, lumía, o el recientemente adoptado "Luisa". Si te sigue gustando "Luci", que sea entonces "Lucy", por la del cielo con diamantes...
Ah!, y gracias por regalarme los signos - la puntuación, diría el lacananiano - que con mi poema andaba buscando...
Pablo: gracias, amigo. E insisto con este nuevo apelativo (caso exitoso de transitividad vía Kaco), porque releyendo mi poema presiento que habla de los apelativos, ¿no te parece?
Que copado eso de leer un poema propio como por primera vez, casi como si lo hubiera escrito otro, de volver a lo escrito para ver qué se dijo. Alguna vez leí a alguien que afirmaba que el primero en ignorar el sentido de lo que escribe es el escritor. Tiene su lógica, la idea, mi amiga. Y viendo que de Ana hablás de su luz, y que Gasper pregunta también por tu apelativo, y le explicás las variantes que te gustan, me acuerdo de este otro poema tuyo...
Luz y Ana!!! estaba ahí!!!!
qué loco el inconciente, lo parió!
Lo que yo leo en mi poema es que hay un cambio de interlocutor: primero le hablo a Ana, luego a su hijo, y le digo "amigo", "Rafa", finalmente "hermano". Hay una repetición del "amigo/quisiera poder decirte algo" y luego una inversión: "quisiera poder decirte algo/amigo"... y en ese momento, lo que quería poder decirle era justamente "hermano". No sé si decirle eso a un entrañable amigo de la infancia cuando se está mueriendo su vieja es "acompañarlo en el sentimiento"... fue lo que yo puede articular en mi propia situación de asombro y dolor por la noticia (y ni siquiera, porque fue un mensaje de texto a su cel.) Sé que él lo recibió de esa manera, pero tal vez hubiera sido lo mismo si le decía "Loco, qué cagada!", ¿no?
Bueno, largo el comentario, pero al releer el poema descubro esos mecanismos, que no han sido del todo concientes, y me asombro un poco...
También me pasó con el verso "como una luz que lentamente", que queda ahí, en suspenso, justamente la idea del poema, y cierra mucho más abajo "ana se apaga".
En fin, debería dejar que esas lecturas y descubrimientos los hagan otros lectores y no convertirme en uno de esos "oh profundos explícitos plomazos", como diría mi maestro.
Beso!
Lu
La muerte,
esa injusticia cósmica,
nos acecha.
A veces la deseamos,
a veces no;
pero nunca falta.
Se ve que no le importan
nuestros deseos.
Pero no por eso
es desalmada:
quizá ella ni siquiera nos perciba
y nos mate como quien mata una bacteria:
disgregándola, transformándola
en una nada reciclada y útil.
Sólo los modos y los tiempos
de la muerte inevitable
pueden ser tristes.
"quizá ella ni siquiera nos perciba
y nos mate como quien mata una bacteria:
disgregándola, transformándola
en una nada reciclada y útil"
Me gustó eso. Del polvo venimos y al polvo vamos. En cuerpo y alma, por los siglos de los siglos. Y esto me recuerda a mi maestro (otra vez!) y su soneto: "La cadena de polvos que nos trajo"...
Beso.
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